top of page

LA ADVERSIDAD Y EL TEJIDO DE LA VIDA

Foto del escritor: Imelda ☆ AkashaImelda ☆ Akasha

Actualizado: 21 may 2024

Es creencia de muchos que pueden fabricar con su mente una realidad consistente y estable de dicha, felicidad, abundancia, salud o amor, o que sus actos solo le pueden proveer de consecuencias buenas.

La mente es muy poderosa, no digo yo que no, y lo que hacemos influye en la realidad que vivimos, pero sólo hay que mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que el mundo se rige por unas leyes a las que nosotros, humanos que vinimos a vivir esta experiencia en la Tierra, difícilmente podemos conjurar para quedar exentos del dolor, sufrimiento, pérdida, enfermedad u otras múltiples desdichas que nos ocurren, y solo apropiarnos de riquezas y abundancias.


No hay nada más engañoso que la propia mente fabricando el tejido de la realidad por el que discurre la vida.

 

A lo largo de ella vamos construyendo una imagen del mundo que sentimos verdadera a nuestros ojos, como si la realidad que vemos fuera la realidad que Es y, solo algunos acontecimientos que irrumpen en nuestra vida provocan que el velo de realidad que había ante nuestros ojos hasta ese momento se resquebraje y de paso a otra consciencia, a otra elaboración del mundo en el que estamos insertos.


Como si fuera una muñeca rusa que contiene dentro de sí otras de diferentes características y tamaños, la realidad que vemos oculta otras muchas que no siempre son percibidas por nosotros.


Nos pasa como a Damocles que creemos que lo que nuestros sentidos y entendimiento nos muestran es la visión de lo que realmente ES. Olvidamos o ignoramos que solo tenemos unos puntos de vistas limitados con la que fabricamos nuestra realidad, “nuestras verdades”.


La historia de Damocles nos cuenta como éste estaba disfrutando alegremente de un opíparo banquete.

La realidad se dibujaba para él amable y satisfactoria. Estaba gozoso disfrutando de los manjares que se extendían ante sus ojos sobre esa mesa lujosamente dispuesta hasta que cambió su punto de vista, hasta que miró hacia arriba y vio que sobre su cabeza se cernía una afilada espada sujeta solo con un hilo del grosor de un pelo.


Podemos imaginar fácilmente el grado de ansiedad que se apoderó de Damocles. Ya nada podía ser igual para él, y el miedo y la incertidumbre darían paso al estado de satisfacción que mantenía anteriormente.

Los manjares seguían en la mesa y la espada siempre estuvo ahí, pero el nuevo punto de vista de la escena configuró una realidad diferente para él, una nueva consciencia de su situación.

¿Cuántas veces nosotros hemos sentido esa espada de Damocles sobre nuestras cabezas, esa amenaza que trastoca y quiebra de algún modo el paisaje de la realidad por el que discurría nuestra vida?

Al igual que Damocles, cuando sentimos esa amenaza – real o imaginaria- entramos en un estado de ansiedad y dolor al tener que enfrentarnos a un paisaje nuevo en el que el peligro, la incertidumbre de que la espada caiga sobre nuestras cabezas nos atemoriza y desestabiliza.


¿Cómo afrontamos esas situaciones?


Cuando la realidad se rompe por adversidades ya manifestadas o por esa espada de Damocles la única salida vital que tenemos para no rompernos también es ENTENDIMIENTO Y ACEPTACIÓN DE LA VIDA TAL COMO ES.


Vivimos en un mundo que se presenta a nuestros ojos dual y en el que se despliegan la abundancia de bienes materiales e inmateriales, pero también su escasez, su ausencia y sus opuestos.

Y, además de esa dualidad, la incertidumbre, la variabilidad de posibilidades que se dibujan ante nosotros está siempre presente y, según se vayan manifestando, la realidad que percibimos se irá haciendo y deshaciendo, configurando paisajes diferentes.


De algún modo la vida es como ese concurso de la Tv, la ruleta de la suerte, en el que podemos caer en cualquiera de los gajos, buenos o malos de forma aleatoria muchas veces y por nuestros aciertos o errores otras.


 Vivimos la vida como esos jugadores, unas veces ganando y otras perdiendo, y de igual manera respondemos contentos, con rabia, con mesura o con gratitud ante los avatares que la vida nos depara.


Hay grados de incertidumbre, como también hay grados de desdichas o de bienaventuranzas.

Para unas personas el juego de la vida los lleva con frecuencia a los gajos buenos, otras pasan parte del juego ganando y de repente lo pierden todo, y otras acaban cayendo siempre en los gajos malos, y se van con el premio de consolación.


Así se construye el tejido de la vida, con pérdidas y ganancias, y todos podemos caer en cualquier gajo, PORQUE ESTÁN AHÍ Y PORQUE YO ESTOY JUGANDO, ES DECIR VIVIENDO.


Creer que solamente vamos a obtener riquezas y que todo permanecerá siempre estable nos aboca a un fracaso vital cuando lleguen las dificultadas y sinsabores que también están ahí para todos, y además de forma aleatoria.

Concebir el éxito o la felicidad como un resultado positivo de las sumas y restas de las pérdidas y ganancias obtenidas nos llevará también a descalabros vitales de los que difícilmente podremos salir. En la respuesta que damos a lo que obtenemos, mucho o poco está el éxito. (Saber perder y saber ganar, como dice Joan Garriga)

Necesitamos cambiar nuestro paradigma de la vida y adoptar una nueva concepción en la que integremos que pérdidas y ganancias se van a suceder en ella, inevitablemente la mayoría de las veces. Comprender que vivimos en un mundo en el que la vida nos da y nos quita, y que frente a eso sólo podemos ofrecer nuestra voluntad, nuestro esfuerzo por recomponernos tras la ruptura que nos provoque la pérdida, el sufrimiento, la ansiedad y el dolor que aparece en nuestra vida.

Hasta los acontecimientos más terribles y dolorosos que nos suceden, nos hayan sucedido o amenacen con sucedernos requieren de ese entendimiento y aceptación de lo que es la vida misma para poder afrontarlos con alguna posibilidad de éxito.


Ya he dicho en otras ocasiones, que aceptación, no es de ninguna manera resignación. Es entendimiento claro de la urdimbre con la que se teje la realidad para, a partir de ahí, poder actuar con las herramientas que tenga sobre ella de la manera que mis posibilidades y entendimiento me permitan

No digo yo que esto sea fácil, ni mucho menos. Hasta Jesús, cuando vio que su muerte se acercaba pidió al Padre que, si era posible, alejara de él esa prueba, cuanto más nosotros simples mortales.

¡Claro que nos resistimos, lloramos, sufrimos, negamos, y nos desorientamos!

El dolor nos rompe por dentro y recomponerse puede parecer tarea imposible, hasta que aceptamos y comenzamos a unir los trozos rotos con hilos de oro, como en la técnica de restauración japonesa kintsugi, que nos permita brillar más aún con la dignidad y esfuerzo desarrollados ante la situación adversa.


Tras el entendimiento de que la situación es la que es y no la que nos gustaría que fuera, vendría el actuar con los recursos materiales y espirituales a nuestra disposición.

Tendremos que acudir a médicos, psicólogos, buscar otros trabajos, cambiarnos de domicilio…. Lo que en nuestra mano esté según las diferentes situaciones adversar que se nos presenten.


Pero, sea cual sea el resultado, ya hemos aprendido en este proceso de aprendizaje y aceptación que no todas las tiradas van a parar a los gajos buenos, que también están ahí los malos y, puedo caer en ellos y que no me quede otra que convivir con el gajo malo.

Al igual que Damocles, quizá tendremos que seguir sentados a la mesa comiendo los ricos manjares que tengamos a nuestra disposición, con la consciencia plena de que puede que esa espada caiga algún día sobre nosotros hiriéndonos profundamente. O no.

Porque así es la vida. Porque la voluntad, esfuerzo y dignidad con la que lucho ante la adversidad son el éxito y la contribución que yo puedo ofrecer para embellecer el velo de la realidad que se presenta ante mis ojos.

Porque más allá de mis limitados puntos de vista, entiendo que todo sucede en mi vida como tiene que suceder para que el hilo de oro con el que coso mis cicatrices brille en el tapiz de la Creación como así decidió mi alma  al encarnarse.

Aceptar vivir
Imelda

108 visualizaciones6 comentarios

6 Comments


Guest
Jul 15, 2024

Una verdadera comprensión del ser humano y de su estar en la vida terrena.

Muy buen artículo

Like

Guest
Jun 18, 2024

Me ha encantado! Gracias!

Like

Guest
Jun 11, 2024

Me parece una lectura super interesante

Like
Imelda ☆ Akasha
Imelda ☆ Akasha
Jun 16, 2024
Replying to

Muchas gracias por tu comentario. Saludos

Like

alejrome
May 20, 2024

Imelda me parece magistral este artículo, desde mi percepción de la realidad me identifico totalmente con el. Un abrazo de luz.

Like
Imelda ☆ Akasha
Imelda ☆ Akasha
May 21, 2024
Replying to

Es de gran alegría para mi que compartamos la forma de mirar la vida. Un abrazo

Like
bottom of page